El río Ebro conforma, en su tramo final, el segundo delta en extensión de la Mediterránea occidental, con una superficie emergida de aproximadamente 320 km2.
Es el ambiente natural de mayor relevancia de la costa catalana.
El cambio clmático en el Delta del Ebro
las Tierras del Ebro disponen de uno de los observadores meteorológicos centenarios de Cataluña
Efectos del temporal Gloria en la costa del Delta
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PREVISIÓN DE INUNDACIÓN POR LA SUBIDA DEL NIVEL DEL MAR
Las proyecciones climáticas
El Delta del Ebro es un espacio extremadamente vulnerable a los impactos del cambio climático y a una deficiente gestión de la cuenca del río, tanto en cuanto a la aportación de caudales de agua como de sedimentos.
La falta de caudales y sedimentos
El caudal del río y las aportaciones anuales de agua del Ebro muestran un descenso importante -del orden del 30% – si se comparan los valores desde la puesta en funcionamiento de la estación de aforo de Tortosa (1912 -2013) con los obtenidos con posterioridad a la construcción de los grandes embalses de la cuenca (1980 a 2013).
La falta de caudales y sedimentos
La retención de sedimentos en los embalses de la cuenca del Ebro comporta la regresión de la línea de costa y la aceleración del hundimiento de la llanura deltaica.
Los retos y las soluciones
Los principales retos identificados en el Delta del Ebro son el acuerdo y el consenso en las soluciones a llevar a cabo.
Las principales soluciones al cambio climático y a la gestión deficiente de la cuenca deben fundamentarse en la aportación de caudales y sedimentos (soluciones que provienen de la propia naturaleza).